Ribeyro, Julio Ramón.
1993 La
tentación del fracaso, II: Diario personal, 1960-1974. Lima: Jaime
Campodónico editor. 229pp. Incluye fotos. Julio de 1993.
En el segundo volumen es posible encontrar:
·
Descripciones
de personas (políticos, intelectuales, artistas, etc), lugares,
·
Reflexiones
sobre la vida cotidiana.
·
Reflexiones
sobre su obra.
·
Reflexiones
sobre la creación literaria, el creador intelectual y el oficio de escribir
·
Apreciaciones
de crítica literaria.
·
Descripciones
sobre su enfermedad (1973- (cáncer al esófago).
[Afectos tardíos]
“... me cruzó una sombría reflexión: quizás hay besos
que llegan demasiado tarde"
París,
24-xi-1960. (II:12)
[Sobre su diario personal]
“Sé, tengo la viva conciencia de que me prodigo en
pequeñas e inútiles observaciones, en páginas como estas, escritas a vuelo de
pluma, en levantar el andamiaje de una obra que por ese camino nunca llegará.
Sé también, o diría mejor presiento, que puedo llegar a la concentración. Para
ello, claro está, debo empezar por aniquilar al enano maléfico y devorador del
diario, de la introspección, del registro mortal de mi persona”. París,
27-xi-1960, (II:12-13)
[‘Vivir en París']
“Pensar que mucha gente envidia en Lima lo que se
llama 'vivir en París'. París, 19-ii-1961, (II:17)
[La sensación de fracaso]
“La sensación de fracaso en la que permanentemente me
encuentro reside en haber querido establecer un compromiso entre los 'placeres
de la inteligencia' y los 'placeres de la vida'. He querido llevar una
existencia intelectual, pero sin renunciar a la perspectiva de una vida
holgada, cuando teniendo en cuenta mi escasa capacidad de acción, la obtención
de uno de estos objetivos apareja el sacrificio del otro. De este modo,
careciendo de fortuna y no poseyendo un
gran talento, estoy condenado a ser un mediocre vividor y un escritor mediocre”
París, 3-3-1961 (II:18)
[Urbanos y des-naturalizados]
“Habituados a la ciudad, ignoramos, hombres de medio
siglo, todas las formas de la naturaleza. Somos incapaces de reconocer un
árbol, una planta, una flor. Nuestros abuelos, por pobres que fuesen, tuvieron
siempre un jardín o una huerta, y aprendieron sin esfuerzo el nombre de la
vegetación. Ahora, en departamentos u hoteles, no vemos sino flores pintadas,
naturalezas muertas o esas raquíticas plantas de maceta ...”. París,
5-iii-1961, (II:12-13)
[La imaginación y la sordidez]
“La sordidez a veces estimula la imaginación”. París,
1-iv-1961, (II:19-20).
[Empleo en Associate France Presse]
“... mi incorporación al equipo de redactores de France
Presse -donde trabajaban [Mario] Vargas Llosa y Lucho Loayza- seis horas de
trabajo diario, a menudo fatigante, pero decorosamente pagado”. París,
21-4-1961, (II:22)
[Edición frustrada de Crónica de San Gabriel]
“Documento gracioso: carta de ediciones Du Seuil
rechazando mi novela (Crónica de San Gabriel). Este rechazo me lo esperaba
bien, pero lo que me divierte son las razones que se dan. El lector habla de
una 'aplastante influencia' de Faulkner. Ahora bien, jamás en mi vida he leído
una sola línea de Faulkner (de lo cual me avergüenzo). Es uno de esos autores
frente a los cuales, por ignorarlo, siento un complejo de culpa”. París,
24-iv-1961, (II: 23)
[Escritores dipsómanos]
“... no creo que beber sea una rareza entre los
escritores. Creo que es la ley, por el contrario (Flaubert, Hemingway,
Steinbeck, Beckett, etc)” París, 11-5-1961 (II: 24).
[Los amigos]
“Ayer la 'horda' [los amigos -especialmente peruanos]
invadió mi casa: comieron y bebieron todas mis reservas, lo que coté dourmi
había almacenado para uso del mes”. París,
14-iv-1961 (II: 23)
[El Escritor y la triste vejez]
“Escritor: triste vejez. Pienso en Léautaud, en
Céline, en Hemingway. Por diferente que sea sus destino o su popularidad, el
escritor termina por recluirse, por esconderse. Algunos se suicidan (Hemingway,
Pavese, Nerval, sin llegar a veces a viejos); otros mueren de cólera y de asco,
como Flaubert; otros enloquecen, se vuelven idiotas o paralíticos, como
Baudelaire; muy pocos como Goethe, soportan con grandeza la vejez, y con
serenidad y optimismo. Lo ideal, para un artista, es tal vez morir antes de los
50 años, como Camus o Vallejo, cuando aún se espera mucho de él. No acabar su
vida, hacer de ella solamente un esbozo. Entre nosotros, la vida de Valdelomar,
más bella, más sugestiva que la de Palma. Horror a la vejez. Deseo de no vivir
más de medio siglo" París, 19-viii-1961, (II:27)
[La tentación de la política]
“Tentación de la política, grave escollo de los
escritores que se acercan a la madurez. Evitarlo”. París,
26-7-1961 (II: 29)
[Los amigos]
“Entre los despojos de mi fiesta: absoluto desorden,
la alfombra arrumada, colillas y cajetillas de cigarros por el suelo, una
docena de botellas vacías sobre la consola, cuatro vasos rotos en los rincones,
más vasos por todo sitio (en la chimenea, en la mesa de noche, en los estantes)
llenos aún de vino o de coñac o vacíos o
a medio beber, discos apilados (de quienes serán), quemaduras de cigarros en
los forros de los muebles, manchas de licor en la pared, platos sucios,
cubiertos sucios, olor a comida y a tabaco y a vinagre, corchos y destapadores,
ropa ajena olvidada .. y en medio de la pieza una guitarra y un cajón, cosas
que hacen recordar al Perú. En realidad, todo no fue sino un pretexto para
reunirse, cantar y bailar. Y beber. Estuvieron Pepe [José] Durand, Lucho [Luis]
Loayza, Mario Vargas, Pablo Guevara (eximio bailarín), Pablo Macera
(se fue temprano diciendo que no podía tolerar que esa música -mambos,
merengues, etc, inventada por los esclavos fuera ahora aceptada y bailada por
los señores), el agrónomo González (triste como de costumbre), Aurelio Gálvez y
Hugo Orellana” París, 30-vii-1961 (II: 29-30)
[Las enfermedades y el sufrimiento]
“A veces pienso que todo lo sufrido hasta ahora
-enfermedades, dolores, decepciones amorosas, frustraciones de orden mundano o
literario- es apenas un anticipo, un pudoroso avance que me ha hecho la vida,
comparado con todo lo que tengo que sufrir”. París,
24-viii-1961 (II: 34).
[Víctor Li Carrillo].
“Reencuentro con Víctor Li [Carrillo]. Lo veo
deprimido, al cabo de dos años de separación. ¿Quién sabrá cuáles son sus
verdaderas problemas? Decepcionado de Lima, de San Marcos, de nuestros antiguos
amigos. Decepcionado, sobre todo, de la filosofía idealista y de su profesión
de profesor de filología clásica. Frases que repetía: ‘somos una generación
fracasada. Nos ha faltado espíritu de riesgo’. O ‘Todo trabajo intelectual se
justifica cuando es creativo. De otro modo, más vale la pena quedarse callado’.
O: ‘¿Qué importancia tiene que yo publique un libro sobre Cratilo cuando un
hombre ha dado diecisiete veces la vuelta a la Tierra y en las barriadas
de Caracas y de Lima la gente se muere de hambre?’ ” París, 5-ix-1961 (II:36)
[Premio Nacional de Novela por Crónica de San
Gabriel]
“El Premio Nacional de Novela (Crónica de San Gabriel)
que acabo de ganar en Lima me aliviaría sin duda (son 300 dólares), pero sé que
tardan en pagarlo y llegará como siempre ha llegado lo que necesito: fuera de
oportunidad”. París, 11-x-1961
(II:38).
[Los amigos]
“En estos días de enfermedad (hemorragia)... Alida me
preparó un flan de chocolate ... Pablo Macera me cocinó el
pollo ... Yolanda Macera lavó la vajilla ... Mario Vargas Llosa me relató su
viaje a Brujas ... y los pintores Quintanilla y Orellana tocaron y cantaron
huainos de Cusco y Jauja ... ¿Puedo quejarme acaso de la amistad?” París, 9-xi-1961(II: 38)
[Anécdota de Ricardo Paseyro]
“Divertida anécdota de Ricardo Paseyro, protagonizada
hace algunos días en la galería Drout, durante el vernissage de Betancourt.
Se encuentra con Octavio Paz y con P. de M. a quien
ataca al grito de cocu (la mujer de P. de M vive con Octavio Paz). Octavio Paz
trata de defenderlo, pero Paseyro, que es delgado pero violento, les pega a los
dos. La mujer de P. de M., al ver maltratados a su esposo y a su amante, se
lanza sobre Paseyro y le muerde un dedo. Paseyro grita ¡Concubine! Y cae al
suelo de dolor. Octavio Paz y P. de M lo rodean y le gritan al unísono: ¡Faux
poéte! ¡Faux poéte!” París, 28-xi-1961,
(II:39).
[Interpretación de Pablo Macera sobre mí y sobre mi
creación intelectual]
“La interpretación que hace [Pablo] Macera de mí y de
mi obra es un poco esquemática y refleja, a mi entender, la interpretación que
da a su propia persona. Considerarme como el epígono bastante degradado de
cierta casta social -donde se aliaban el dinero y los adornos del espíritu-,
injertado en una forma de vida burguesa que no acepto y amenazado por una
revolución popular que me sería dolorosa, me parece inteligente pero poco
justa. El ignora que por mi ascendencia materna soy un plebeyo, con igual
título que no importa qué verdadero hijo del pueblo. (Mi bisabuela materna
llevaba pollera y se peinaba con trenzas). Ignora que no extraño en absoluto
los privilegios mundanos e intelectuales de mis abuelos recortes y ministros y
que más bien gran parte de mi actitud en los últimos años puede definirse como
una resistencia y casi hostilidad a 'seguir ese camino' (no haberme recibido de
abogado, no haber hecho lo que podía hacer para ingresar a la docencia en San
Marcos, etc.). No conoce tampoco hasta qué punto carezco de una serie de
sentidos específicos de la casta a la que me quiere asimilar: el de la
propiedad, el del domicilio, el de la patria, el de la profesión, y hasta el de
la familia”. París (1961), (II: 45)
“Los predicadores olvidan a menudo que a los impuros
les bastan unos pocos días para olvidar sus peores infamias” París,
14-i-1962, (II: 51)
“El bienestar es mudo y la angustia locuaz” París,
14-iii-1962, (II: 52)
“Carta de mi hermano diciendo haber dispuesto de la
plata del premio de la novela que gané (Crónica de San Gabriel)”
París, 14-iii-1962 (II: 53-54)
“Tenía el espíritu muy bien amoblado, pero daba la impresión
de que no había terminado de pagar los muebles”. París,
20-I-1962, (II: 61).
[Entrevista con Luis Alberto Sánchez]
“Ayer, en la embajada, donde fui a entrevistar a Luis
Alberto Sánchez por cuenta de AFP, le
digo: 'Voy a hacerle una pregunta metafórica y quisiera que usted me la
contestara también metafóricamente. El Perú es como una casa vieja,
resquebrajada, a punto de venirse abajo. La oligarquía quiere pintar la
fachada, el Apra apuntalar los muros y los 'partidos extremistas' derribarla para
hacerla de nuevo ¿Esta usted de acuerdo con esta imagen?' Sánchez responde de
inmediato: 'No. Los partidos extremistas quieren derribar la casa para vender
el solar’ ” París, 22-iii-1963 (II: 61-62)
[Luis Loayza]
“Lucho Loayza tiene en gran parte razón cuando dice
que el Perú no ha vuelto a dar desde el
incario una imagen universal de sí mismo. Digo en parte porque creo que, para
el europeo, a la imagen del peruano inca y con plumas que se exportó durante la
conquista y la colonia se ha superpuesto la imagen, exportada durante nuestros
150 años de vida republicana, del general ignorante y bravucón, que vive del
cuartelazo y gobierna con los pies. Cuando alguien se entera de
que somos del Perú no dice ya tanto: ‘Ah los incas’, sino ‘Ah, los generales,
la revolución’. Pero en todo caso, lo importante en la observación de Loayza es que la imagen que tiene el
mundo de nosotros es una imagen
anticuada, o estereotipada, que tiende a perpetuarse. ¿Cómo
puede modificar un país su imagen universal? Solamente mediante una inesperada
transformación, que no puede ser otra que la producida por una revolución
social”. (1963) (II: 69-70)
[El acto de escribir]
“Al escribir trato de narra algo de lo cual he sido
testigo real o imaginario, algo que ocurrió en mi contorno o que inventé pero
que me impresionó y que me parece que da una versión subjetiva, tal vez parcial,
pero nunca falsa, de mi realidad, realidad generalmente sombría o inaceptable,
que yo trato de imponer a mis lectores, apasionadamente, para comunicarme con
ellos y hacerles compartir mis predilecciones y mis odios”. (1963) (II: 71)
[Mario Vargas Llosa y La ciudad y los perros]
“Acabo de leer la novela de Mario Vargas La ciudad y
los perros. Yo la encuentro sensacional. Todos los elogios que había oído y
leído sobre ella me parecen plenamente justificados. Está prodigiosamente bien
construida, escrita, elaborada hasta en sus menores detalles. De un coup de
pouce maestro ha elevado la novela peruana y latinoamericana a un nivel
literario universal”. París, 16-iii-1963 (II: 75)
[Sobre la novela]
"¿Dónde está lo esencial de una novela? Como le
decía a Wolfgang [Luchting] una vez por carta, una novela es una aglutinación
de fragmentos innecesarios que forman un todo necesario. La mía me parece a
veces todo lo contrario: una suma de capítulos necesarios que forman un todo
innecesario" Setiembre (1964), (II: 78)
[Desconfianza]
“Tengo una gran desconfianza por los hombres que no
fuman ni prueban un vaso de alcohol. Deben ser terriblemente viciosos” (1964),
(II: 85)
[En busca del género literario]
“Encontrar el género que convenga para expresar, pero
con mayor fuerza y eficacia que hasta ahora, la complicidad entre banqueros
generales y altos miembros de la jerarquía católica en la dominación de los
países subdesarrollados por la casta dirigente (Germen de Cambio de Guardia)” (1964)
(II: 85)
[El consumo de drogas]
“[Conversando con Max Braun] Hablamos por supuesto de
la droga. Le cuento mis funestas experiencias con la marihuana. Naturalmente se
ríe de mí: [Me dice]: ‘En Estados Unidos hay unas píldoras que sirven para
desmayarse' ”. (1964), (II: 86)
“Vivir en el mundo de la palabra (lo decía Julio
Cortázar de Pepe Durand)” (1964), (II: 87)
[La historia]
“La historia se esclarecería si pudiera deslindarse
clara, matemáticamente, la responsabilidad individual de la colectiva” (1964),
(II: 87)
[Personajes intelectuales]
“Gide vio justo cuando dijo que no había nada peor que
crear personajes intelectuales: sólo se
logra hacerles decir asnadas”. (1964), (II: 88)
[Par
rapport a la vie ou par rapport a la literature]
“[Existen obras literarias] escritas no par rapport a
la vida sino par rapport a la literatura. Como sucede con los pintores, los
narradores pierden de vista su modelo, su punto de partida original y tratan de
hacer de su obra no el reflejo personal de la realidad sino el reflejo personal
de otros reflejos. La literatura, al igual que la filosofía, se va
'historizando'. Cada nuevo escritor coteja su obra con la de los escritores
anteriores, no con el mundo. De este modo se llega a una rarificación de la
materia novelística, que pude confundirse con esoterismo”. (1964),
(II: 88-89).
[La novela]
“Una novela no es como una flor que crece sino como un
ciprés que se talla. Ella no debe adquirir su forma a partir de un núcleo, de
una semilla, por adición o floración, sino a partir de un volumen herbóreo, o
por corte y sustracción”. (1964), (II: 89).
[La creación intelectual y la realidad
contemporánea]
“Mientras la situación de Vietnam nos lleva al borde
de una guerra mundial, los diarios siguen anunciando encuentros deportivos,
películas por estrenarse o libros por salir.
Diríase que entre una y otra cosa -la posibilidad de una guerra y el
libre curso de la vida civil- no existe relación. Me parece eso monstruoso. Hay
momentos en que todos deberían callarse, todos los planes suspenderse. Sin
embargo no es así: la vida civil penetra como un alegre río en un mar
turbulento. ¿No decía Michelet que en pleno Terror se seguían representando
comedias pastorales? Y yo mismo, sigo escribiendo mi novela Cambio de guardia,
sin inquietarme si dentro de unos meses estaré en condiciones de terminarla o
si quedará en pie un solo lector”. París,
11-ii-1965, (II: 94)
[Acerca de la literatura]
“A veces pienso que la literatura es para mí sólo una
coartada de la que me valgo para librarme del proceso de la vida. Lo que yo llamo
mis 'sacrificios' (no ser abogado, ni
profesor de la universidad, ni político, ni agregado cultural) son tal vez
fracasos simulados, imposibilidades. Mi excusa: soy escritor. Mi relativo éxito
en este terreno excusa mis torpezas en los otros” París, 11-iii-1965
(II: 94-95)
[El ‘juzgar’ a las personas]
“... la dificultad que experimento para 'juzgar' a las
personas, para pronunciar sobre ellas un juicio global: ético, intelectual,
humano, etc. Esto se debe no sólo a que cada persona es un amasijo de cualidades
y defectos, sino a que es casi imposible conocer el móvil o los móviles de sus
acciones. Tan pronto una persona me parece digna de admiración como al momento
siguiente absolutamente reprobable. ...
Las actitudes de las personas se modifican de acuerdo con su contorno o con sus
interlocutores ... es imposible pronunciar sobre una persona -ser complejo,
cambiante, escurridizo, enigmático- juicios de carácter definitivo ... A toda
persona habría que considerarla como un 'proceso', capaz de suscitar diversos
juicios, incluso contradictorios, en el curso de su desenvolvimiento”. París,
29-iv-1965 (II: 95-96)
[Roberto Mac Lean y su Sociología del Perú]
“Lectura de algunos capítulos del libro de R [Roberto]
Mac Lean, Sociología del Perú. Como autor es un producto típicamente peruano:
contradictorio, monstruoso, inacabado. Al lado de páginas de gran lucidez, de
análisis justos y ejemplares, se leen juicios torpes, falsos, dictados por la
pasión o el rencor. Lo mismo puede decirse de su prosa o de su información: la
primera alcanza en ciertos párrafos -sobre Bustamante, Odría o Beltrán- el tono
de uno de nuestros más demoledores panfletarios, comparable a González Prada, a
quien cita con frecuencia; la segunda es sorprendente, curiosa en muchos casos,
pero superficial en numerosos. Ideológicamente es confuso: por momentos predica
casi una revolución, pero en cambio elogia exageradamente el papel de la
iglesia, 'su noble rol' en las conquistas sociales peruanas. Con los militares
sucede lo mismo: en abstracto se deshace en panegíricos sobre su 'sagrada
misión', pero en detalle ataca a muchos gobernantes uniformados. Su elogio de
Leguía es interesado y flagrante: leyendo su curriculum se ve que fue
prosecretario de su presidencia durante ocho años. Todo esto mueve a una
pregunta: ¿se puede ser al mismo tiempo hombre político e
historiador? La política activa ha puesto a Mac Lean en posesión de muchas
informaciones de primera mano y le ha revelado el mecanismo de cientos de
intrigas, que un profesional de la historia desconocería pero al mismo tiempo
lo ha parcializado, lo ha 'comprometido' y le ha restado a su opinión toda
seriedad” 6-vii-1965 (II: 97-98).
[El sentido de la vida]
“La vida sólo se justifica cuando se combate por el
perfeccionamiento individual o por el mejoramiento de la condición humana.
Ambas posibilidades pueden excluirse pero también complementarse”. 28-ix-1965
(II: 98)
[El sentido de la vida]
“Me parece indigna la vida dedicada a la acumulación
de bienes materiales, a la búsqueda del poder por el poder, a la conquista de
una posición o de un nombre ... decir que la vida es una y corta es un
argumento de doble filo: precisamente porque es una y corta debemos esforzarnos
en darle un carácter creativo. El escritor solitario que lucha contra las
palabras para edificar una obra superior, el hombre de ciencia que se desvela
por descubrir o inventar algo que salvará vidas o ahorrará esfuerzos, el líder
político que se enfrenta al poder para acabar con una injusticia, son ejemplos
de vidas creadoras”. 28-ix-1965 (II: 98)
[El creador]
“El creador es aquel que considera su vida no como un
fin en sí mismo sino como un instrumento al servicio de una realidad que lo
trasciende: arte, ciencia, justicia, verdad”. 28-ix-1965
(II: 98)
[Sobre su diario personal]
“Tendencia a no escribir en este diario sobre mis
experiencias inmediatas, a relegar estas (vacaciones en España, viaje a La Habana ) a la zona de lo no escribible”. Ocrubre de 1965, (II: 99)
[Vivir es sufrir]
"Hay días en que lo único que pido es que por
amor de Dios no me vaya a doler la úlcera ... Ese dolor, sin embargo, me
autoriza a meditar una vez más sobre las enseñanzas del dolor físico y sus
efectos filosóficos y morales. El dolor físico es el gran regulador de nuestras
pasiones y ambiciones. Su presencia neutraliza de inmediato todo otro deseo que
no sea la desaparición del dolor" Octubre, 1965, (II: 99-100).
[Los bohemios y los revolucionarios]
“[Existe un] parentesco entre los bohemios y los
revolucionarios: moral particular, valores no crematísticos, desadaptación o
más bien rechazo del statu quo. Diferencias: humanitarismo en lugar de
individualismo, acción en lugar de pasividad. Termina en una guerrilla”. 23-xii-1965
(II: 101).
[Sobre Alejo Carpentier ]
“Carpentier ... desarrolla su teoría acerca del
surrealismo inmanente de Latinoamérica, esbozado en el prólogo de El reino de
este mundo ... ” (1965), (II: 107)
... Carpentier ... sostiene una teoría muy discutible:
a los escritores de hace cincuenta años les era muy fácil escribir, le bastaba
narrar cronológicamente el nacimiento y el desarrollo de una pasión, con todas
sus implicancias psicológicas. El escritor de nuestra época debe conocer y
comprender la coyuntura histórica y social en que vive y reflejarla en su obra.
Carpentier parece olvidar al Voltaire de Cándido, al Flaubert de la Educación Sentimental ,
al Balzac del ciclo parisién, al Zolá republicano. Todos estos escritores se
interesaban por lo que sucedía en su época y trataban de comprenderla, para
amarla o ridiculizarla”. (1965), (II: 108).
“Probablemente lo que quiso decir Carpentier es lo que
dice Sartre en un capítulo famoso de Qué es la literatura: que los novelistas
del siglo XIX consideraban a la persona humana como un petit-pois en una lata
de petit-pois, es decir, próximos pero incomunicados, aislados. Y que en
nuestra época existe la tendencia a no comprender al hombre sino en función de
su relaciones sociales y humanas, de su 'situación', es decir, explicar el
petit-pois no aisladamente, sino en función de los que lo rodean. O quizás lo
que quiso decir Carpentier fue que el novelista de nuestra época -el
latinoamericano- recurre como disciplina auxiliar a las ciencias sociales, a
fin de comprender mejor la sociedad en que vive. No en vano los más destacados
novelistas de Hispanoamérica -Asturias, Arguedas, Carpentier- son etnólogos o
han realizado estudios de etnología” (1965),
(II: 108-109).
[Ricardo Letts]
“Ayer reunión en casa con Mario [Vargas Llosa], Hugo
Neira y Ricardo Letts. Este último me ha producido una excelente impresión. Su
manera de hablar, pensando cada palabra que va a decir, mirando muchas veces no
a su interlocutor sino a un punto neutro, me hace recordar un poco a
[Guillermo] Lobatón. Letts es más frío, más racional, menos apasionado, más realista.
Su manera algebraica de analizar los problemas y las personas: 'componer la
figura', 'trazar el cuadro', 'establecer el ángulo', son fórmulas que retornan
en sus exposiciones. Su dogmatismo, su puritanismo, me hicieron correr un poco
de escalofríos. Denunció en muchos de nuestros amigos de izquierda la
sensualidad en todos sus niveles, pero en especial la relacionada con las
mujeres. Extrañado de saber, como lo informó Mario, que en Cuba aún existía un
alto porcentaje de homosexuales o gente corrompida. Letts, como yo algunas
veces, piensa que una revolución debe cambiar al hombre. Pero por exceso de
severidad exige ya en una época prerrevolucionaria virtudes postrevolucionarias
en los hombres de izquierda. Tal vez tenga razón y todo auténtico hombre de
izquierda debe mostrar ya en sí los signos de una ética postrevolucionarias: es
decir, ser desde todo punto de vista incorruptible” iii-1966, (II: 113)
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