sábado, 19 de septiembre de 2015

RIBEYRO, Julio R, La tentacion, 1

Ribeyro, Julio Ramón.
1992            La tentación del fracaso, I: Diario personal, 1950-1960. Lima:                      Jaime Campodónico editor. 247pp. Incluye fotos. Julio de 1992.

En el primer volumen es posible encontrar:
·         Descripciones de personas (políticos, intelectuales, artistas, etc) y lugares. 
·         Reflexiones sobre la vida cotidiana y su obra intelectual.
·         Reflexiones sobre la creación literaria, el creador intelectual y el oficio de escribir

[Mi afición a los diarios]
“Mi afición a los diarios data de muy temprano, desde que a los catorce o quince años leí          el de Amiel, en una edición de dos volúmenes que encontré en casa. El libro me apasionó y       a partir de entonces leí cuanto diario cayó en mis manos: diarios de poetas, de pintores,         de músicos,   de políticos, de viajeros, así como de cortesanas, de policías o de rateros.        Con el tiempo logré reunir una apreciable colección y me convertí, si no en un erudito,           en un buen conocedor de la materia.

Paralelamente a esta afición –pues uno tiende a imitar lo que le interesa o le gusta-         empecé a escribir mi diario a fines de los cuarenta. Al comienzo mis anotaciones eran           muy breves y espaciadas, pero a medida que transcurrían los años se fueron haciendo          más largas o por lo menos más seguidas, llegando en algunas épocas a ser cotidianas.            El diario se convirtió para mí en una necesidad, en una compañía y en un complemento a mi actividad estrictamente literaria. Más aún, pasó a formar parte de mi actividad literaria, tejiéndose entre mi diario y  mi obra de ficción una apretada trama de reflejos y reenvíos. Páginas de mi diario son comentarios a mis otros escritos, así como algunos de estos están inspirados en páginas de mi diario.

Al publicar este primer volumen –de los diez o doce que comprenderá bajo el título general de La tentación del fracaso- creo inaugurar una forma de expresión literaria nunca utilizada en nuestro medio, al menos bajo la forma específica del diario del escritor. En el Perú,            hasta que yo sepa, aparte de los diarios de exploradores, viajeros o funcionarios,                    no existen este tipo de obras. Como tampoco existen, o muy raramente, en el ámbito de la literatura en lengua española.  Todo lo contrario de lo que ocurre en Francia, Alemania o Gran Bretaña, donde el diario del escritor es muy frecuente y forma parte, por tradición de los géneros a los que se recurre para expresarse.

No me arriesgaría a decir, que al publicar mi diario, quisiera incitar a los escritores de mi país a redactar y publicar el suyo. El diario íntimo es una ocupación peligrosa, que puede cerrar la comunicación con los otros y confinarnos a un soliloquio estéril y secreto. Puede también servirnos de coartada para, en el caso de los escritores, no escribir lo que deberíamos y escribir solamente acerca de los problemas y perplejidades que nos plantea nuestra vocación, de modo que el diario termina por suplantar la obra potencial que conteníamos. En mi caso, confieso que he tratado de sortear estas dificultades, si bien sé que por épocas y en muchos casos he sucumbido a ellas”. p. 9-10

[¿Ser o no ser ... abogado?]
“Ser abogado, ¿para qué? No tengo dotes de jurista, soy falto de iniciativa,  no sé discutir y sufro una ausencia absoluta de ‘verbe’ ”. Lima, 11-iv-1950 (I: 13)




[Mi diario]
“He releído un poco mi diario. Hay en él diez páginas escritas que justifican tal vez la locura de haberlo comenzado. Todo el resto es una colección de hechos nimios, pésimamente redactados, donde la insipidez de mi vida está pintada con la elocuencia de un picapedrero”. Lima, 5-xii-1950 (I: 17)

[Mi diario]

“Estoy decidido a liquidar de una vez por todas este diario. No puedo escribir una página más en él. Ha sido una ocupación inútil. Basura, como todo lo que he escrito fuera de él.               No me ha de servir a mí ni ha de servir a nadie”. Lima, 12-ii-1951 (I: 17)

 

[‘Poderoso caballero, don dinero’]

“La única libertad que existe es la del dinero. Quien más tiene depende menos de los demás y quien tiene todo no depende de nadie”. Lima, 12-ii-1951 (I: 17)

 

[Los personajes de la picaresca y la sabiduría]

“... los personajes de la picaresca posee(n) esa sabiduría de la vida, consistente en haber aprendido mucho en pocos años sin haber estudiado”. Lima, 27-ii-1951 (I: 20)

 

[Gregorio Marañón y los diarios]

“No quiero continuar este diario. Gregorio Marañón me ha abierto los ojos a una realidad presentida: ‘Todo diario es un lento suicidio’ ”. Lima, 20-v-1951 (I: 21)

 

[El diario como diálogo interior]

“Cuando uno se ha acostumbrado al diálogo interior, es doloroso interrumpirlo”.              Lima, 19-x-1951 (I: 22)

 

[Alberto Escobar]

“La compañía de [Alberto] Escobar me hace daño, en todo sentido. A su lado siento renacer mis ambiciones de hombre de letras, que él se encarga de avivar y todo ello acarrea mi apartamiento absoluto de la realidad. De su escritorio salgo con deseos de escribir y muy pocas ganas de estudiar. Mis buenas resoluciones prácticas, forenses,  se van al diablo y vuelvo a encontrarme en la encrucijada.


Por otro lado su triunfo (acaba de ganar el Premio Nacional de Poesía) me anonada.             No le tengo envidia, porque es generoso y comprensivo conmigo. Pero su fortuna es la medida de mi propia incapacidad. Menor que yo y ya es un poeta laureado. Y no solamente poeta,   sino, probablemente, el crítico de nuestra generación. Lima, 17-xi-1950 (I: 23)

 

[Pablo Macera y Alberto Escobar]

“La charla que he tenido este atardecer con Pablo Macera y Alberto Escobar me ha dejado confuso. Todos mis proyectos pueden tomar un rumbo nuevo si es que decido plegarme a los planes del primero y si acepto los consejos del segundo. Macera piensa en suma trabajar, lenta, subterránea, inteligente, armónicamente para apoderarse de la Facultad de Letras de           San Marcos en el término de diez años. Dicho plan, viniendo de un joven de 22 años, podrá parecer pretencioso y utópico, pero según he conversado luego con Escobar, no es así.         Hay una serie de circunstancias favorables al plan.En primer lugar, la crisis de catedráticos en la Facultad de Letras; en segundo lugar, la cohesión y capacidad de nuestra generación; en tercer lugar, la posición de Macera dentro de la Universidad, que contando con el apoyo de [Raúl] Porras Barrenechea, y gracias además a su prodigiosa inteligencia puede garantizarnos, a quienes colaboremos con él, un acceso a las cátedras fundamentales. Naturalmente que nuestras aspiraciones deben estar respaldadas por una preparación académica que nos permita en el momento oportuno ocupar con lustre y derecho las            cátedras vacantes. Y aquí viene mi problema. Macera y Escobar tiene ya su ascensión asegurada, el primero en Historia como asistente de Porras y el segundo en Literatura, como ayudante de [Jorge] Puccinelli. Yo no tengo especialidad ni padrino. Escobar me aconseja dedicarme a la Literatura Francesa. Todo esto además me alejaría del Derecho, que con tanto esfuerzo terminaré este año”. Lima, 3-vii-1951 (I: 24)

 

[El círculo de Jorge Puccinelli]

“En el círculo de Puccinelli muchos esperan de mí más de lo que yo mismo me puedo exigir”. Lima, 4-vii-1951 (I: 25)

 

[Mi diario]

“Aquí en París, faltando poco para cumplir los 24 años, he querido reiniciar este diario, después de un año de silencio y de una vida un poco más expansiva y volcada hacia el exterior”. París, 3-viii-1953 (I: 31)

 

[Los diarios íntimos]

“Todo diario íntimo surge de un agudo sentimiento de culpa. Parece que en él quisiéramos depositar muchas cosas que nos atormentan y cuyo peso se aligera por el solo hecho de confiarlas a un cuaderno. Es una forma de confesión apartada del rito católico, hecha para personas incrédulas. Un coloquio humillante con ese implacable director espiritual que llevan dentro de sí todos los hombres afectos a este tipo de confidencias.

 

Todo diario íntimo es también un prodigio de hipocresía. Habría que aprender a leer entre líneas, descubrir qué hecho concreto ha dictado tal apunte o tal reflexión. Por lo general se analiza el sentimiento pero se silencia la causa. Las páginas se cubren de alusiones, de un simbolismo personal, como si quisiera promoverse un juego de adivinación. Yo mismo cuántas veces me he sorprendido de hallar en mi diario párrafos oscuros, que sólo un poderoso esfuerzo de memoria me ha permitido desentrañar.

 

Todo diario nace de un profundo sentimiento de soledad. Soledad frente al amor, la religión, la política, la sociedad. La mayor parte de los diaristas fueron solteros. Los hombres casados, activos, sociables, que desempeñen funciones públicas, difícilmente podrán llevar un diario, ocupados como están en vivir por y para los demás.

 

Todo diario íntimo es un síntoma de debilidad de carácter, debilidad en la que nace y a la que a su vez fortifica. El diario se convierte así en el derivativo de una serie de frustraciones, que por el solo hecho de ser registrados parecen adquirir un signo positivo.

 

En todo diario íntimo hay un problema capital planteado que jamás se resuelve y cuya no solución es precisamente lo que permite la existencia del diario. El resolverlo,  trae consigo su liquidación. Un matrimonio logrado, una posición social conseguida, un proyecto que se realiza pueden suspender la ejecución del diario.

 

Todo diario íntimo se escribe desde la perspectiva temporal de la muerte”.                          París, 29-i-1954 (I: 40-41)

 

[Evocar]

“... toda evocación, cuando la realizo, me hiere profundamente, pues en el acto considero lo evocado no solamente pasado sino imposible de repetir”.  París, 24-iii-1954 (I: 45)

 


[En busca del método de creación literaria]

“Debo liberarme de la vieja retórica, buscar la simplicidad, la expresión directa, combinar la cotidianidad de los temas con el interés de la anécdota, el esquematismo del estilo con el buen gusto literario”. París, 26-vi-1954 (I: 47)

 

[‘Los gallinazos sin plumas’]

“Mi primer accidente de trabajo: no pude sacar a tiempo los cubos con desperdicios y el carro de la basura se fue sin recogerlos ... Es curioso que tenga que ocuparme de cubos de basura, cuando estoy escribiendo precisamente ‘Los gallinazos sin plumas’. Espero que esto le otorgue a mi cuento un poco más de exactitud sicológica”. París, 11-viii-1954 (I: 49-50)

 

[La novela]

“La novela es un producto social, no individual. Brota del genio colectivo, de la herencia cultural acumulada durante siglos ... Yo detrás de mí, sólo tengo leyendas, tradiciones y sainetes. Para un sudamericano más fácil es hacer una revolución que escribir una novela”. París, 27-viii-1954 (I: 50-51)

 

[‘Los gallinazos sin plumas’]

“Tengo la impresión de que ‘Los gallinazos sin plumas’ es el mejor cuento que he escrito hasta ahora. Tal vez ‘Mientras arde la vela’ sea más redondo, técnicamente más acabado, pero no tiene la vitalidad ni la fuerza del otro. Facilidad con que puedo sentir un estado de ánimo ajeno, de la forma como me posesiono de mis personajes o, en otras palabras, de la forma como ellos me poseen”. París, 5-x-1954 (I: 51)

 

[La creación intelectual]

“La potencia creadora reside, creo, en la capacidad de impresionarse con estímulos imaginarios”. París, 5-x-1954 (I: 52)

 

[Penurias económicas]

“Me he venido a pie desde el consulado porque no tenía billete de metro. Únicamente la carta de C., que llevaba apretada en el bolsillo me ha permitido realizar esta caminata. Me escribe de Santander, carta breve y sentida. Tengo tiempo de contestarle a La Habana, pero me falta plata para estampillas. Mi situación económica es mala, desastrosa, verdaderamente sin salida”. París, 4-xi-1954  (I: 53)

 

[‘Los gallinazos sin plumas’]

“Si algún mérito tiene mi libro es el de mantener la unidad del conjunto. Esta unidad reside más que en la forma, en la materia trabajada. Todos ellos –mis cuentos- transcurren en Lima, en las clases económicamente débiles, en ambientes deliberadamente sórdidos. Sirvientas, albañiles, pescadores, encomenderos, traficantes, recogedores de basura, lo que yo he visto de más tocante y significativo en nuestro pueblo, he tratado de animarlo, de infundirle vida y movimiento. La visión resulta al final un poco miserable, pero exacta y verosímil.

Mi segunda preocupación ha sido la de la exactitud sicológica. En realidad los hechos me interesan poco en sí. Me interesa más la presión de los hechos sobre las personas. Podrían definirse mis cuentos –con algunas excepciones- como ‘la historia sicológica de una decisión humana’- ... ¿Cuáles son los móviles, para mí, de una decisión humana? La respuesta está en los cuentos mismos y para cada caso es diferente.

Mi última preocupación ha sido vigilar el estilo y mantener cierto nivel de gusto literario. Creo y seguiré creyendo que la duración de una obra reside en gran parte en sus cualidades estrictamente literarias. Por ‘literarias’ entiendo el estilo, las metáforas, la armonía de la frase y de la construcción, de elementos en suma sensoriales, sensuales, que muchos escritores negligen. Las ideas pasan, la expresión queda. Debemos aferrarnos a ella si aspiramos a cierta supervivencia, sin recaer por ello en el preciosismo. 

Una última observación: mi concepción técnica de considerar el cuento como una unidad de tiempo, lugar y acción. Esto tiene por objeto evitar la dispersión del relato y lograr una especie de ‘condensación dramática’ ” París, 21-xii-1954 (I: 59-61)


[Ramassage]

 “Ayer en un gesto de desesperación hice ramassage. Total: 650 francos y tan fatigado que no pude dormir”. París, 7-i-1955 (I: 62)


[La vida y su ‘coeficiente de imprevisibilidad’]
“El carácter esencial y hermoso de la vida es su ‘coeficiente de imprevisibilidad’. Todo nos puede suceder: la vida es una posibilidad infinita” París, 19-i-1955 (I: 63)

 

[Vivir es ...]

“Vivir es resolver, es actuar, es apoderarse constantemente de una fracción de la realidad” París, 19-i-1955 (I: 63)

 

[Alberto Escobar y la novela sobre Lima]

“[Alberto] Escobar tiene razón cuando dice que no debo hacer sólo la novela de Lima sino la novela de la clase media, del mundo pequeño burgués. Esto hacía tiempo que lo tenía ya pensado y las pocas cuartillas que llevo escritas están encaminadas en ese sentido. El peligro, sin embargo, es que ellas se están desarrollando por las vías de la autobiografía. No puedo eludir, como sí lo consigo en el cuento, mis propias experiencias. De este modo sólo podré escribir un vasto cuadro evocativo dónde yo sería el centro y los demás la decoración. No me desagrada pintarme a mí mismo, pero me parece injusto y hasta trivial. Debo abordar problemas más generales, para lo cual necesito rebasar mi propia vida. Esto es lo que no puedo conseguir. Sólo podría tocar un tema colectivo a través de una figura individual si yo me considerara un arquetipo de la clase burguesa. Pero mi experiencia burguesa me ha desarraigado y me ha dejado en la situación flotante del estudiante becado o pobre, sin una ubicación social precisa. En París he alternado la época de señorito con la del obrero”.               Madrid, 2-ii-1955 (I: 67-68)

 

[La obra de arte]

“Desde el punto de vista del trabajo humano toda obra de arte es una excepción  a la ley del menor esfuerzo”. Madrid, 29-iv-1955 (I: 75)

 

[La cuestión del género literario]

“El hecho de que hasta ahora sólo haya escrito cuentos es significativo. Vendría a confirmar la teoría de Víctor Li de que los géneros literarios tienen su más profunda raíz no en determinados esquemas formales, sino en ciertas predisposiciones subjetivas. Yo veo y siento la realidad en forma de cuento y sólo puedo expresarme de esa manera. En otras palabras, mi inteligencia está dispuesta de tal manera que todos los datos que percibo se ordenan de acuerdo a cierto molde interior -¿categorías?- cuya estructura no puedo modificar”.      Madrid, 9-v-1955 (I: 76)


[Los diarios íntimos]

“Lectura de Les temps des morts de Pierre Gascar. En suma, nada que a pesar de su interés puede decirse que pertenezca al ‘ámbito de mi intimidad’. Precisar esta noción es algo que me inquieta. Los verdaderos diarios íntimos son el testimonio de lo que penetra, se ordena y transfigura en ese ámbito profundo y muchas veces inescrutable que se denomina ‘intimidad’. Ese ámbito es un compartimiento de la vida interior que no se identifica con la conciencia, ni con la subconciencia ni con la memoria. Imágenes, sensaciones, recuerdos, ideas, proyectos coexisten en él bajo el doble aspecto de la anarquía y la tendencia a su formulación. Este ámbito, siendo el más confidencial, es al mismo tiempo el más fácilmente comunicable,             a pesar de su complejidad, es discernible en sus componentes. Curiosas antinomias que parecen caracterizarlo. Podría definírsele como la zona fronteriza de la vida interior donde se produce un tránsito constante entre la oscuridad y la claridad o el punto ideal donde la emoción se convierte en palabra. Esto es sin embargo un poco vago y no alcanza a explicar por qué motivo sólo determinados elementos tienen la posibilidad de penetrar en este ámbito. Forzando un poco el análisis, podría concluirse que la ‘intimidad’ solamente admite aquellas experiencias –en su más amplia acepción- que para nosotros tienen un carácter de intransferibles- ¿Cuáles son sin embargo estas experiencias?  He allí el nudo del problema”. Madrid, 10-v-1955 (I: 77-78)

 

[La literatura]

“Con buenos sentimientos se hace mala literatura” André Gidé

 

[Gregorio Marañón,  los diarios íntimos y la vida matrimonial]

“[Gregorio] Marañón en su libro sobre Amiel afirma que existe cierta incompatibilidad entre los diarios íntimos y la vida matrimonial. Hace algún tiempo había yo formulado la misma observación. Marañón cita en su apoyo el caso de Tolstoi, quien redactaba dos diarios: uno que conocía y que copiaba su mujer y el otro, el verdadero,  que escondía en sus botas. Esto me invita a reflexionar nuevamente sobre el tema de la intimidad. La incompatibilidad aludida tendría una explicación interesante:el amor correspondido implica la destrucción de la intimidad. En otras palabras: entre los amantes se produce la fusión de intimidades. En estas condiciones sería imposible llevar un diario íntimo, salvo que, extinguido el amor, es decir, separadas las intimidades, el ‘diarista’ recupere la propiedad de su yo y sus secretos”.              Madrid, 3-vi-1955 (I: 80-81)

 

[El éxito o fracaso]

“... pensaba hace poco que lo que determina el éxito o fracaso de una persona es la forma como se concilian sus diversas cualidades. No es por una ausencia de aptitudes que muchos fracasan sino por una interferencia de aptitudes. Parece que el genio exige la armonía o la inarmonía, pero jamás la incompatibilidad de cualidades. La imaginación y el poder analítico suelen entorpecerse mutuamente, tanto como la inteligencia y la memoria o la fuerza creadora con la erudición”. Madrid, 15-vi-1955 (I: 82)

 

[Escribir la historia de una generación]

“Para escribir la historia de una generación hace falta, además del conocimiento de los hechos, una vasta perspectiva histórica”. Madrid, 26-vi-1955 (I: 83)

 

[Nuestra idiosincrasia]

“Somos en el fondo demasiado tímidos, tememos al ridículo de una manera enfermiza, nuestro gusto por la perfección nos conduce a la inactividad, nos fuerza a refugiarnos en la soledad y la sátira”.  Madrid, 30-vi-1955 (I: 85)

 

[Los diarios íntimos]

“Relectura de las últimas páginas de este diario. Creo haber encontrado la razón intrínseca de los diarios íntimos: tenerse a sí mismo por interlocutor”. Madrid, 30-ix-1955 (I: 96)

 

[Ramassage]

“He pasado esta semana haciendo ramassage de periódicos viejos por las calles de París. Este tipo de trabajo, el único que pueden hacer los estudiantes extranjeros que residen en París, no me ha parecido tan fatigoso  y destructor como hace un año,  esa memorable tarde  en que me ‘hice’ íntegramente el boulevard des Gobelins. El trabajo físico es además para mí, desde el punto de vista moral, un poderoso reconstituyente. Rendido de fatiga, tengo sin embargo el consuelo de no haber desperdiciado mi tiempo, de haberme ‘ganado el pan de cada día’. Comprendo también ahora mejor la situación mental de los obreros, sus luchas, sus aspiraciones. Lo que los caracteriza radicalmente es su ausencia de porvenir. Jornaleros de su propia vida, cada día que termina es un destino, un combate, un epílogo siempre prorrogado. Por eso es que el ahorro, siendo en algunos casos posible, no tiene sentido para ellos, pues están ‘exonerados del mañana’ ” París, 2-x-1955 (I: 96-97)


[La experiencia]

“Podría definirse la experiencia como ‘la incapacidad para sorprenderse’ ”.                   Munich, 10-xi-1955 (I: 104)


[Los críticos y los creadores]
“... un crítico está expuesto siempre ha ser contradicho o superado. La obra crítica se juzga por su coeficiente de verdad. La escala verdad-error en cambio no se aplica jamás a los creadores. Los creadores jamás se equivocan. Ellos solamente fracasan”.                               Munich, 11-xi-1955 (I: 105)

[El ejercicio de la virtud]
“A veces me parece que el ejercicio de la virtud debería tener un poder resolutorio sobre la adversidad de las circunstancias”. Munich, 20-xi-1955 (I: 106)

[Comentario de Alberto Escobar]
“El matrimonio nos priva del derecho a la soledad”. Munich, 23-xii-1955 (I: 111)

[Alberto Escobar y su creación poética]
“... observo que desde que estaba casado le había resultado imposible escribir un solo poema”. Munich, 23-xii-1955 (I: 111)

[Diarium interruptus]
“Interrumpido este diario casi por espacio de un mes. Causa pueril: se me terminó el cuaderno donde lo escribía. Ahora mismo, escribo estas líneas sobre un papel cualquiera que, como de costumbre, terminará traspapelándose”.  Munich, 12-iv-1956 (I: 120)

[No sabe/No opina]
“La ventaja de no tener opiniones es que uno jamás se repite”. Munich, 11-v-1956 (I: 124)

[La gloria]
“La única ventaja de la gloria es que hace soportable la vejez”. Munich, 11-v-1956 (I: 124)

[Entre la vida real y la imaginación  literaria]
“La lectura de algunos libros sobre la vida política, literaria y mundana bajo la Restauración me ha confirmado en la vieja verdad de que la vida real presenta complicaciones mucho más extrañas que las que puede suministrar la imaginación más afiebrada, en otras palabras que la historia es más inverosímil que la literatura”. Munich, 20-v-1956 (I: 125)

[Entre lo real y lo imaginario]
“Entre lo real y lo imaginario no hay pues una diferencia de verosimilitud sino más bien de comprensibilidad. Parece que la literatura es en todo caso una simplificación de la vida. Absurdo decir pues que el lector de novelas busca en su lectura sucesos excepcionales, porque si de ello se tratara le sería más conveniente sumergirse en los libros de historia. Lo que sucede es que el lector busca un destino coherente, lógico, explicado y como la historia presenta pero no explica, no le queda más remedio que recurrir a la novela, donde los hechos tiene una motivación”. Munich, 20-v-1956 (I: 125)

[La democracia]
“El gran error de la democracia consiste en creer que la desigualdad de los hombres proviene de su falta de libertad, cuando el fenómeno es precisamente el inverso”.                                       Munich, -vii-1956 (I: 127)

[Las botellas y los hombres]
“[Alberto] Escobar y yo tuvimos que vender unas botellas vacías para poder tomar una cerveza por el Perú”. Munich, 29-vii-1956 (I: 129)

[La moral]
“El inconveniente de una  moral estoica, a la cual me siento inclinado, es que nos condena a una irremisible pasividad frente a los acontecimientos. La ventaja es que nos permite soportar fríamente los pequeños grandes golpes de la vida”.  Munich, 30-vii-1956 (I: 129)

[‘Ganarás el pan con el sudor de tu frente’]
“Fatigado por mis dos jornadas de trabajo en la Gare de Payol. Ocho horas diarias llevando bultos de un lugar a otro en una extraña carretilla que los franceses llaman diable. Si no fuera por el buen humor de mis camaradas no soportaría este trabajo. Ayer salí de la Gare con dos horas de anticipación, pues estaba a punto de desplomarme de cansancio”.                               París, 7-x-1956 (I: 135)

[¿Estudiar para trabajar?]
“… lo que más me molesta en este trabajo no es sólo el esfuerzo muscular que exige sino la calificación social y moral que implica. Haber estudiado doce años de colegio, siete de universidad en Lima, uno en La Sorbona, uno en Munich, 21 años de lecturas para terminar haciendo el trabajo de un cargador analfabeto”. París, 7-x-1956 (I: 135)

[¿Despliegue físico versus intelecto?]
“El agotamiento físico reduce la capacidad intelectiva, suprime en el hombre toda capacidad para elaborar ideas abstractas”. París, 10-x-1956 (I: 135)

[‘Ganarás el pan con el sudor de tu frente']
“Jornada memorable la del lunes. Descargamos, entre cuatro personas, un vagón con veinte toneladas de carbón en polvo. Trabajo de caballo. A las cuatro horas estaba exhausto. Cuando terminamos me encontraba sensibilizado. Por la noche vomité la cena y no pude dormir. Hace dos días que no voy a la Gare”. París, 17-x-1956 (I: 136-137)

[Entre el saber y el hacer]
“… hay una extraña desproporción entre el esfuerzo acumulado en tantos años –colegio, universidad, lecturas, escrituras, aprendizaje de lenguas- y las condiciones materiales en las que actualmente vivo. Me parece que merezco un poco más de suerte. Yo solamente pido paz, el tiempo suficiente para escribir, dinero para libros y cigarrillos”. París, 7-xi-1956 (I: 137-138)

 [Mis libros: ¿Vender o no vender?]
“Si mañana no me ocurre algún milagro me veré obligado a vender mis libros, es decir, el centenar de volúmenes que desde hace algunos años me acompañan, a través de mil peripecias, y por los que siento un amor que no me atrevo ni siquiera a escribir”.                                         París, 11-xi-1956 (I: 139)

[Libros]
“Despierto insomne luego de tres horas de sueño turbulento. Sigo pensando en la manera de evitar la venta de mis libros. Ahora veo que ello sería un crimen imperdonable, una forma de suicidio espiritual. Voy a malbaratar años de lecturas, de reflexiones, de hallazgos,                 de notas marginales, que solo para mí tienen sentido.     Mis libros son mi pan, mi sombra, mi memoria, todo esto y más aún ... ¿Dónde me voy a buscar y reconocer? Siento un dolor desgarrador, estoy a punto de echarme a llorar. ¿Cuántas veces me he privado de una comida por comprar un libro?”.  París, 11-xi-1956 (I: 139)

“¡Se salvaron mis libros! ¿Hasta cuándo?”.  París, 12-xi-1956 (I: 139)

[Víctor Raúl Haya de la Torre]
“Reunión con Haya de la Torre en un bar de Saint-Germain. Habló, gesticuló, representó de medianoche hasta las seis de la mañana. Impresión confusa. Por momentos me decía que durante muchos años había sido el más importante del Perú. En la mesa, frente a un vaso de vino tinto, es un hombre ameno, risueño, en apariencia inofensivo, inteligente, culto, improvisador, lleno de anécdotas. Dos o tres rasgos subyugantes. Una gran experiencia de los hombres, de los países, de las culturas. Tono intermedio entre el profesor y el commis voyageur.
En general se mostró un poco reticente acerca de sus proyectos políticos. Parece que no le interesa jugar un rol activo dentro del partido. Su deseo es ir a Lima para el Congreso Aprista de febrero y regresar a Europa luego de organizar a sus prosélitos. Aquí vive bien, sin mayores responsabilidades, viajando de un país a otro, rodeado de amigos importantes, como todos los políticos sudamericanos en disponibilidad.
Frente al comunismo se mantiene intransigente. Habla de descomposición, de crisis del marxismo con argumentos impresionantes. Admira la democracia norteamericana y la disciplina alemana. Cierta presunción aristocrática y un racismo subconsciente. En general, parece políticamente liquidado”. París, 16-xi-1956 (I: 141)

[Diarium interruptus]
“Suspendido el diario por falta de lapicero”. París, 29-xii-1956 (I: 143)

[Víctor Raúl Haya de la Torre]
“… he vuelto a verlo [a Haya de la Torre], esta vez en la Casa de Cuba, donde daba una conferencia. Mi impresión sobre él se ha modificado en parte. Al comenzar su charla estuvo un poco vacilante, como si tratara de observar con qué clase de auditorio tenía que vérselas. Pronto descubrió que la mayoría de sus oyentes, lo escuchaban extasiados, en otros se presentía cierta hostilidad, había finalmente una fracción de izquierda a la cual sería necesario conquistar. Estuvo elocuente, seguro, por momentos apasionado. A las preguntas difíciles respondió con habilísimas evasivas, a las objeciones incontestables con algún juego de palabras. Se mostró además progresista, hizo una ingeniosa crítica del imperialismo yanqui, dejando entrever la necesidad de su existencia”. París, 14-xii-1956 (II: 143)

[La amistad]
“Apoyándome en Montaigne … una de las condiciones de la amistad era la separación periódica de los amigos. La ausencia robustece más la amistad que la presencia. La presencia engendra la saturación, el hastío, a veces la antipatía. Me ha sucedido muchas veces desear que parta un amigo para no perderlo”. París, 16-i-1957 (I: 146)

[Los amigos]
“Los amigos desarrollan en nosotros nuestras virtudes potenciales. Una persona sin amigos corre el riesgo de no llegar jamás a conocerse. Cada amigo es un espejo que nos refracta desde un ángulo distinto. Cada amigo crea en nosotros una zona de contacto, un campo propicio al desarrollo de un determinado tipo de amistad. Es por ello que podemos tener dos amigos íntimos que no lleguen jamás a comprenderse entre sí. Perder un amigo significa muchas veces neutralizar un sector de nuestra personalidad”. París, 16-i-1957 (I: 146-147)

[Escribir y fumar]
“.. escribir es para mí un acto complementario al placer de fumar ...”. 
 Amberes, 29-iv-1957 (I: 154)

[Ciencia y arte]
“La ciencia tiene frente al arte una gran desventaja: que la ciencia es provisional, es decir, susceptible de mejora … Las obras de artísticas son, por definición, inmejorables .. La ciencia depende de la técnica en una medida mayor que el arte”.  Amberes, 10-v-1957 (I: 154)

[Envejecer]
“Envejecemos cuando nos damos cuenta de que empieza a sobrarnos un poco de pasado. Los recuerdos se acumulan y ya no sabemos que hacer con ellos”.  Amberes, 7-x-1957 (I: 155)

[Ramassage]
“ … los días de ramassage con el español Emilio Revueltas y con Lucho Loli no eran tan malos. Eran días de sudor, de disputas, de inmensas fatigas que terminaban al anochecer en una mesa de billar”. Amberes, 6-vii-1957 (I: 165)

[Cuento y frase]
“… el hecho narrado con frases banales es un cuento. La frase redonda es una frase”. Amberes, 3-viii-1957 (I: 171)

[Las memorias]
“Un libro de memorias –en un grado mucho mayor que la novela- es un verdadero cajón de sastre. En él caben las anécdotas, las reflexiones abstractas, el comentario de los hechos, el análisis de los caracteres, etc. Es un libro, además, sin problemas de composición”.        Amberes, 3-viii-1957 (I: 171)

[Nuestra personalidad]
“Nosotros tenemos una personalidad compuesta de lecturas y que pide prestada –cuando escribimos- su ética, sus sentimientos, sus convicciones y su lenguaje,  no al hombre cotidiano que la porta, sino a los cientos de personajes confundidos que encierra nuestra memoria”. Amberes, 20-viii-1957 (I: 180)

[Mi diario]
“Interrumpido este diario por cerca de cuatro meses. Interrupción voluntaria nacida en la idea curiosa de que la notación del diario absorbe mi vida activa. Esta creencia ha sido confirmada en algunos planos. Suspendido el diálogo conmigo mismo, mi contacto con el mundo se ha desarrollado con más facilidad”. Berlín, 22 ó 23-ii-1958 (I: 195)

[Los amigos]
“Los amigos que más estimo son aquellos que no conozco completamente, es decir, que no he querido conocer hasta el revés de la figura. La amistad tiene una frontera natural que nunca debíamos sobrepasar: más allá de ella el contacto se convierte en colisión”.
Berlín, 20-iii-1958 (I: 198)

[La parquedad y la locuacidad]
“Me gustan las personas que tienen dificultad para expresarse porque ellas son las que hacen, en el curso de la conversación, los mejores hallazgos. De los que hablan fácilmente, en cambio, no podemos esperar otra cosa que un discurso razonable, rutinario o previsible. El lento, el vacilante en expresarse se sorprende a sí mismo y sorprende a los demás. Su esfuerzo, cuando es inteligente, da siempre frutos. Puede hablarse en este caso de una ‘conversación creadora’ ”. Lima,   ix-1958 (I: 210)
[‘En el Perú todo llega tarde, mal o nunca’ ... Manuel González Prada]
“Lo que deseamos se nos da, pero muy pocas veces en el momento oportuno. Todo llega, sin duda, pero cuando ya no lo necesitamos o cuando lo necesitamos menos o cuando ya no tiene importancia”. Lima, 15-ix-1959 (I: 227)

[La felicidad]
“La felicidad … no es otra cosa que la coincidencia del mayor número de circunstancias favorables”. Lima, 15-ix-1959 (I: 228)

[Lo que no fui]
“¿Por qué esta tendencia a huir o evitar lo que me conviene? Ni entré al Ministerio de Relaciones Exteriores cuando tenía 16 años ni me recibí de abogado, ni hice estudios regulares en Europa –lo que me representaría estar ahora en San Marcos como profesor full-time- ni perseveré en Duplotécnica ... “. Huamanga, 26-x-1959 (I: 229)

[Relectura de mi diario]
“Relectura de mi diario, un poco a vuelo de pájaro, deteniéndome aquí y allá. Empecé por el cuaderno más viejo: el del año 1950. Hace algún tiempo destruí los de los años 47, 48 y 49 que estaban dedicados en su mayor parte a comentar los libros que leía. El cuaderno del 50 es casi ilegible, salvo cuatro o cinco páginas que no he tarjado. El cuaderno verde de París es interesante, pero tiene mucha basura. El cuaderno verde de Munich es flojo. Las páginas de ........ están mejor. Solo entonces comencé a darme cuenta de que el diario formaba parte de mi obra y no solamente de mi vida. Los mejores son los diarios de Berlín y de Lima a mi regreso. En ellos creo haber encontrado el estilo del diario íntimo: un estilo apretado, expresivo que interesa no solamente como testimonio sino también como literatura. Si continúo por el mismo camino, creo que mi diario, de aquí a algunos años, será probablemente la más importante de mis obras. Esto no me alegra, ciertamente”. Lima, 8-I-1960 (I: 234)

[Mi vida]
“No concibo mi vida más que como un encadenamiento de muertes sucesivas. Arrastro tras de mí los cadáveres de todas mis ilusiones, de todas mis vocaciones perdidas.      Un abogado inconcluso, un profesor sin cátedra, un periodista mudo, un bohemio mediocre, un impresor oscuro y, casi, un escritor fracasado”.
24-ii-196?


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